El significado de la palabra deporte

El significado de la palabra deporte está dirigido a una actividad recreativa y de pasatiempo para el físico y ese estado se mantuvo por mucho tiempo. En algunos casos, los grandes diccionarios se refieren a deportes antiguos, para recaer invariablemente en las antiguas olimpíadas, como la cuna del que se conoce actualmente. “Es la forma hispana de la expansión inglesa sport y a la vez ésta apócope de disport, que significa, como en nuestro idioma, juego, diversión; lo que, según algunos etimologistas, ha sido a su vez tomado del viejo francés desporter. En realidad el deporte fue reanimado en gran parte por la restitución de los juegos olímpicos. Fue un resurgir de lo que trató de abatir Teodosio en el 392 y que después de una marcada decadencia en Roma y en Bizancio, se mantuvo en la Edad Media en la manera de torneos de caballería. El deporte se va adaptando en diversas formas según las épocas y costumbres. Los buenos espíritus se han preocupado siempre por el desarrollo físico del hombre…”
(Enciclopedia Universal del Deporte, tomo 1, Alfredo R. Burnet-Merlin, editorial Cajica, Buenos Aires, 1962.

sábado, 3 de noviembre de 2012

Una víctima del racismo en 1984


Zola Budd, la princesa descalza

La ex-sudafricana que corre descalza es la atleta más discutida: una fuente de polémicas, pero también de aprobaciones, joya reconocida del atletismo mundial. Tiene la ciudadanía inglesa y es tal vez el caso más controvertido del racismo en el deporte. Una niña escandalosa”.

 

  Lamine Diack, vicepresidente de la IAAF (Federación Internacional de Atletismo), senegalesa, ex saltadora en alto de buen valor, ha escandalizado a los bien pensantes, el domingo 22 de marzo, en Neuchatel, negándose a premiar a Zola Budd. La joven sudafricana, con pasaporte inglés, acababa de triunfar en el campeonato mundial de cross: un éxito, el suyo, espectacular y exaltado, especialmente destinado a todos aquellos que aman ver al hombre en su expresión más natural: la carrera. En tierra suiza, Zola Budd se había exhibido con los pies desnudos, entre el barro y los prados, entre subidas y bajadas, poniendo en evidencia una extraordinaria energía. Parecí casi imposible que se cuerpo minúsculo poseyera tanta fuerza, y que las piernas lograran distenderse armoniosamente, un paso tras otro, entre Infinitas dificultades de la naturaleza.
  A los 19 años los cumplidos por Zola, muchas jóvenes, por cierto no campeonas, se presentan y se comportan con desenfado y desenvoltura en la vida cotidiana. La Budd no. Zola, fuera de las pistas, sugiere imágenes de protección, como si fuera una cervatilla temerosa al menor ruido. Y esta imagen de Zola, que increíblemente contrasta con su actuación atlética, es por cierto uno de los elementos de su fortuna, junto al valor deportivo: existe, en verdad, la constante conmoción delos corazones tiernos de las madres del mundo, y de los cronistas, que a menudo tienen también su corazón de padre, en torno a las exhibiciones de Zola Budd.
  Ahora todos saben que Zola se hizo inglesa para poder correr a través del mundo, porque el mundo prohibió de la sociedad civilizada a Sudáfrica, que es su país. La ciudadanía británica le fue concedida en la primavera de 1984, poco después que Zola fuera señalada con el récord del mundo (no oficial) en los 5000 (15m01s83), el 5 de enero del mismo año en Stellenbosch. La operación, una operación comercial esponsorizada por el diario popular londinense “Sun”, fue combatida por los laboristas y sostenida por madame Thatcher. Sin embargo, se resolvió más que para la gloria del reino de Inglaterra, como motivo de satisfacción para el racismo sudafricano.
  Sudáfrica usa, en verdad, a Zola Budd para publicitar una imagen falsa de sí, y la inocente Zola ofrece, por cierto inconscientemente, el rostro más perfecto, las piernas más perfectas y el aire más inocente del mundo para ese difícil rol. ¿Pero quién podría imaginar, mirándola, que el país por ella representando es ése donde cotidianamente se llevan a cabo los crímenes más atroces contra la humanidad? Porque éste es el punto: Zola Budd jamás dijo una palabra, nunca hizo un gesto, en ningún momento proclamó su compromiso de atleta y de muchacha por la igualdad de los hombres. Y ni siquiera subrayó la separación de su país, radicándose de manera estable en Inglaterra, volviéndose auténticamente inglesa: Zola es sólo una sudafricana que empleó un “escamotage”, por cierto preparado por otros, para seguir haciendo lo que está prohibido a sus compatriotas, también negros.
  El deporte ya tuvo, y tiene aún, mucho racismo en sus filas: es reciente la acción intentada por un ex gran jugador de béisbol, y luego entrenador, Tommy Harper, contra los Red Sox, equipo de Boston. Tommy Harper fue despedido de los Red Sox con pretextos bastante débiles: en realidad, según parece, y el tribunal los está determinando, por puro racismo. Los Red Sox fue siempre un equipo compuesto por blancos; y las pocas veces que se encontraron con un negro en el grupo, hicieron de todo para echarlo. Célebre el caso de Pumpsie Green, en 1959, Green fue el segundo negro en la historia de la historia de los Red Sox, después que Jackie Robinson, en 1947, quebró por primera vez la uniformidad blanca de las líneas bostonianas. Y racismo se ejerció contra Mark Spitz, porque es judío. Y se ejerce contra los negros, en las piscinas de California y de muchos otros Estados de América del Norte. Se hace racismo en el fútbol americano, evitando en lo posible dar a los atletas de color el rol de organizadores del juego, afirmando que no son los más indicados: y se los emplea como atacantes o defensores, en posiciones donde no se puede prescindir de su superioridad atlética.
  El racismo está, de todos modos, en acecho, y luego se asoma, pero lo que más preocupa es su capacidad de camuflarse, de tomar como pretexto el derecho de correr a una jovencita de aspecto turbado para barnizar ocultamente la imagen turbia de Sudáfrica. Por cierto, existe también quien de perfecta buena fe, y por puro amor al deporte, defiende los derechos de Zola Budd. Estos dicen: el deporte no debe mezclarse con la política, por lo tanto aceptamos a Zola y también a todos los sudafricanos. O bien: vamos a competir en Sudáfrica, justamente para probar que el deporte no admite barreras.
  Pero, ¿es justo este razonamiento? En verdad, el racismo no es una ideología, es un cáncer. No tiene justificaciones, fuera de la explotación de unos hombres sobre otros. Investigadores de la universidad de Berkeley, guiados por el doctor Allan C. Wilson, demostraron, a través del estudio del ADN (el ácido desossiribo nucléico), sustancia que contiene nuestro código genético, que el hombre deriva de una mujer africana, que vivó hace unos 140.000 años más o menos. La humanidad, generada en África, luego se extendió por todo el mundo. Por consiguiente, ¿qué sentido tiene el racismo? La fraternidad está probada por la ciencia y todos los que en cambio se organizan y se esfuerzan por negarla no son otra cosa que células enloquecidas, que se tiene el deber de aislar, así como se trata de aislar las células cancerígenas de las sanas.
  Una pena para Zola Budd, princesa descalza del atletismo mundial. Pero no existe alternativa: o se está con ese sector del mundo que pelea contra el racismo o se está de la otra parte. Y Lamine Diack no debe estrecharle la mano, hasta que esta elección no se haya cumplido y publicitado. (Fuente: Tony Highgate, ANSA, Londres, 1984)
 
Inicios
  Se dio a conocer en 1984, cuando con solo 17 años batió el récord mundial de los 5.000 metros en Stellenbosch, Sudáfrica, con una marca de 15:01,83. Lo hizo corriendo descalza, ya que siempre entrenaba y competía descalza. Sin embargo la Federación Internacional de Atletismo (IAAF), no reconoció el récord debido a que por esa época Sudáfrica estaba excluida de los organismos internacionales debido a su política de segregación racial conocida como apartheid.
 
Los Ángeles 1984
  Ese mismo año se celebraban los Juegos Olímpicos de Los Ángeles, en los que Zola Budd no podía participar debido al veto que pesaba sobre Sudáfrica por su política de segregación racial, que la excluía de los Juegos desde 1960. Pero ocurrió que un periódico británico, el Daily Mail, persuadió a Zola Budd de solicitar la ciudadanía británica, dado que su abuelo era británico, y poder así competir con este país en los Juegos de Los Ángeles.
  Con el apoyo del Daily Mail y buena parte de los medios derechistas, Budd obtuvo la ciudadanía británica en un tiempo récord, en medio de una gran controversia, ya que para ello se habían vulnerado los trámites legales y los plazos establecidos en este tipo de casos. Por esta época Budd se trasladó a vivir a Guildford, Inglaterra. También en Sudáfrica hubo grandes protestas, ya que los grupos anti-apartheid se quejaban de la actitud británica, que mostraba una vez más el indisimulado apoyo dado por el gobierno de Margaret Thatcher al gobierno racista de Sudáfrica durante su mandato. Finalmente Budd participó en los 3.000 metros de los Juegos de Los Ángeles, y lo hizo descalza, como corría siempre.
 
El incidente con Mary Decker
  La final se disputó el 11 de agosto. La primera parte de la carrera fue bastante lenta. A mitad de la prueba Zola Budd decidió tomar el mando y ponerse a tirar del grupo. Por su parte la estadounidense Mary Decker, campeona mundial el año anterior y otra de las favoritas, se puso detrás de Budd. En un momento dado se produjo un contacto entre ambas, y Decker tropezó (foto) y acabó en el suelo, lastimándose una pierna y teniendo que abandonar la prueba. Budd siguió adelante tirando de la carrera, aunque finalmente acabaría pagando el esfuerzo y solo fue 7ª clasificada. Su encontronazo con Mary Decker fue una de las grandes polémicas de los Juegos, ya que los medios norteamericanos y la propia Decker culparon a Zola Budd de tirarla a propósito, mientras que los medios británicos apoyaban a Budd.
  Observando las imágenes del incidente no parece que Budd hiciera nada antideportivo. Se trata de un lance de la carrera, y un caso de simple mala suerte para Decker. Por otro lado es difícil hacer recaer la responsabilidad de un contacto en una carrera sobre la atleta que corre delante, como era el caso de Budd. En una encuesta realizada en 2002 por el canal británico Channel 4, este incidente fue incluido en el puesto 93º de los 100 Grandes Momentos del Deporte. Sin embargo el asunto se mezcló con temas políticos y patrióticos, y finalmente Zola Budd acabó siendo la gran perjudicada.
 
Después de los Juegos
  En 1985, se proclamó campeona del mundo de cross-country en Lisboa. Repetiría este éxito al año siguiente en Neuchâtel. En ambas pruebas corrió también descalza.
  El 26 de agosto de ese año consiguió en Londres un nuevo récord mundial de los 5.000 metros con 14:48,07 que esta vez si fue reconocido por la IAAF.
  El 8 de febrero de 1986 batió en Cosford, Inglaterra, el récord mundial de los 3.000 metros en pista cubierta con 8:39,79
  Sin embargo falló en los Campeonatos de Europa de Stuttgart de ese mismo verano, donde fue 4ª en los 3.000 m.
  En 1988 retornó a Sudáfrica y se retiró temporalmente del atletismo.
  En 1989 contrajo matrimonio con Mike Pieterse y pasó a llamarse Zola Pieterse.
 
Última etapa
  El fin del apartheid en Sudáfrica a principios de los 90, y la posibilidad de que este país pudiera competir en los Juegos Olímpicos de Barcelona 1992, hicieron que Zola Budd regresara a la competición. En 1991 consiguió en Durban una marca de 8:35,72 en los 3.000 metros, la segunda mejor marca mundial del año, tras su compatriota Elana Meyer, que hizo 8:32,00 en esa misma carrera.
Finalmente participó en los 3.000 metros de los Juegos Olímpicos de Barcelona, representando a Sudáfrica. Pese a la gran expectativa creada por su presencia, en el aspecto deportivo decepcionó y no pudo clasificarse para la final de su prueba. Este fue el final definitivo de su carrera deportiva.
  En la actualidad sigue poseyendo los récords mundiales junior de la milla (4:17,57 hecho en Zúrich en 1985) y de los 3.000 metros (8:28,83 hecho en Roma en 1985). También ostenta los récords de Sudáfrica de 1.500 m y de la milla, así como el récord británico de la milla. En abril de 2006 solicitó el divorcio de su marido Mike Pieterse, y actualmente reside en Bloemfontein, con su madre y sus tres hijos: Mikey, Azelle y Lisa. Ella sigue corriendo cada día entre 16 y 24 kilómetros, aunque no a nivel competitivo.
  Zola Budd fue una de las corredoras de media distancia con más talento en los años 1980, y su fulgurante irrupción internacional con solo 17 años hizo albergar grandes expectativas sobre ella. Sin embargo las controversias políticas y de otro orden que rodearon su figura, frustraron en parte su carrera. Nació el 26 de mayo de 1966 en Bloemfontein, Estado Libre de Orange, Sudáfrica.
(Fuente: www.juegos-olimpicos.com)

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