El significado de la palabra deporte

El significado de la palabra deporte está dirigido a una actividad recreativa y de pasatiempo para el físico y ese estado se mantuvo por mucho tiempo. En algunos casos, los grandes diccionarios se refieren a deportes antiguos, para recaer invariablemente en las antiguas olimpíadas, como la cuna del que se conoce actualmente. “Es la forma hispana de la expansión inglesa sport y a la vez ésta apócope de disport, que significa, como en nuestro idioma, juego, diversión; lo que, según algunos etimologistas, ha sido a su vez tomado del viejo francés desporter. En realidad el deporte fue reanimado en gran parte por la restitución de los juegos olímpicos. Fue un resurgir de lo que trató de abatir Teodosio en el 392 y que después de una marcada decadencia en Roma y en Bizancio, se mantuvo en la Edad Media en la manera de torneos de caballería. El deporte se va adaptando en diversas formas según las épocas y costumbres. Los buenos espíritus se han preocupado siempre por el desarrollo físico del hombre…”
(Enciclopedia Universal del Deporte, tomo 1, Alfredo R. Burnet-Merlin, editorial Cajica, Buenos Aires, 1962.

lunes, 3 de febrero de 2014

Libros de Deportes

































PATO, deporte Argentino


“Ya no sos mi Margarita…” 

AHORA TE LLAMAN “HORSE BALL”

Prohibido varias veces desde que se lo conoció oficialmente, el Pato también cuenta con un inicio oscuro y sus primeros pasos se perdieron en la inmensidad del pasado. Tal vez sus raíces se encuentren en los primeros años de 1600, cuando su práctica causaba furor entre los jinetes que, en las vastas extensiones de la provincia de Buenos Aires actual, hacían gala de su arrojo y pericia para dominar las cabalgaduras intentando sujetar un peculiar cuero en cuyo interior viajaba un sufrido pato, inofensivo animalito. Félix de Azara (1746-1821) lo menciona en sus crónicas en “Viajes de través de la América meridional desde 1781-1821”, al recoger datos de anteriores viajeros que lo ubican en 1610. 

 Era el entretenimiento más popular de las pampas argentinas, una verdadera expresión de hombría y coraje. El forzado exilio del pato surgió como consecuencia del tendal de víctimas que arrojaban las prácticas. El pato, que requería del criollo no sólo destreza, sino una condición física excepcional para soportar los rigores de una dura lucha por una gloria efímera, recibió hace poco un tremendo bofetón. En un artículo publicado en L’Express, de Paris, el autor Hervé Marchal, reivindica para Francia el origen del Pato. Tal vez desinformado sobre el ilustre linaje de nuestro muy criollo deporte nacional, deja traslucir como consuelo para nosotros, eso sí, su evidente anglofobia: “Salvaje y natural el horse-ball es un deporte francés… que lleva un nombre inglés detestable”, para agregar que nació en Burdeos en 1978. Ya tendrá tiempo por cierto monsieur Marchal para recapacitar cuando le hagan notar su tremendo error, con un colosal cargamento de datos históricos de casi cuatro siglos de verdad. 

 El peso de la historia 
 En el año 1610, con motivo de la beatificación de san Ignacio de Loyola, fue relatada una “corrida” de este juego que por sus características se adapta al recio temperamento de los hombres de campo. Félix de Azara recoge este dato, este testimonio del pasado nuestro cuando aún éramos colonia. El escritor W. H. Hudson, en su libro El Ombú, ofrece una descripción del primitivo juego y dice “que era el entretenimiento más popular de las pampas argentinas. Para jugarlo se mataba un pato y se le cosía dentro de un trozo de cuero fuerte, conformando una pelota irregular, dos veces el tamaño de una pelota de fútbol, provista de cuatro manijas de cuero trenzado. Una vez resuelto en algún lugar hacer el juego y arreglado el punto de reunión, era notificado el vecindario que se iba a hacer la partida y a la hora indicada todos los hombres, desde varias leguas a la redonda, sentados en sus mejores caballos acudían al lugar del comienzo de juego… (Ilustración: elperiódicodemoreno.blogspot) 

“Cuando había ya un buen número de participantes aparecía el hombre que llevaba el pato y los demás trataban de arrebatárselo. Quien lo conseguía era a su vez perseguido por los otros, siempre de a caballo y es así como se corrían leguas en todo sentido. Había forcejeos, golpes y rodadas y al final, aquel que se quedaba dueño del pato, era el vencedor, con derecho de comerse el ave. 
 “En realidad este acto, el de comerse el ave, era una ficción, porque el ganador en los hechos enderezaba para el rancho que le parecía y allí se cocinaba no solamente el pato, sino una gran cantidad de carne vacuna para todos los concurrentes al juego o para los que se habían quedado a pie. El virrey Nicolás del Campo, marqués de Loreto, en tiempos de la colonia española, prohibió el juego por su peligrosidad y brutalidad, pero la prohibición no hizo mella en el temple indomable del paisano, que siguió jugándolo clandestinamente.

 “Cobró auge cuando el país se independizó de España, pero el presidente Bernardino Rivadavia lo volvió a prohibir en 1822 por igual motivo. Renació a la caída del partido que sostenía a Rivadavia y en 1840 lo prohibió de nuevo Juan Manuel de Rosas; como renaciera una vez más, una estricta prohibición acabó con la forma primitiva del pato en 1889”. 
 El naturalista Félix de Azara, por su parte, lo comenta así: “Se juntan para eso dos cuadrillas de hombres de a caballo y se señalan dos sitios apartados como de una legua (cinco kilómetros aproximadamente). Luego cosen un cuero en el que se ha introducido un pato que deja la cabeza afuera, teniendo el referido cuero dos o más asas o manijas, de las que se toman los dos más fuertes de cada cuadrilla en la mitad de la distancia de los dos puntos asignados y metiendo espuelas tiran fuertemente, hasta que el más poderoso se lleva el pato, cayendo su rival al suelo, si no lo abandona. El vencedor echa a correr y los del bando contrario lo siguen y lo rodean hasta tomarlo de alguna de las manijas, tiran del mismo modo, quedando al fin vencedora la cuadrilla que llegó con el pato al punto señalado”. 
 Concolocorvo hace mención igualmente a un partido desarrollado en Luján en su “Lazarillo” y existen otros datos más que hablan a las claras de la longevidad del juego del pato en su versión antigua. Bartolomé Mitre lo calificó como juego “homérico” en sus Rimas. 
 Del ostracismo a que fue sumido por las autoridades en diferentes épocas, emergió rehabilitado en 1938, cuando el gobernador de la Provincia de Buenos Aires, doctor Manuel A. Fresco, derogó la prohibición y el pato entró a transitar por una senda legal. Fue un justo premio a los tradicionalistas que lucharon por años y años en pos de una justa reivindicación. Los tiempos habían cambiado, los deportes habían crecido y muchas otras manifestaciones se incorporaban, dejando relegado al pato en el espectro deportivo nacional. (Foto: taringa.net) 
 Alberto del Castillo Posse, uno de los puntales en la recuperación de este legado de antaño, se había abocado ya en 1937, vislumbrando su reimplantación, a redactar el primer reglamento. Buscó reducir los peligros, eliminando las fricciones de antigua data, y delimitó espacios contando estos con metas. El pato tenía ahora un concepto moderno. El infeliz pato pasó al olvido, siendo reemplazado por una pelota de fútbol con cuatro asas primero y seis después, que se usa actualmente. 
 Los aires soplaban benignos y pronto surgieron entidades para darle vida. En 1941 se fundó la Federación Argentina de Pato, con cuarenta campos y unos trescientos jugadores. En pato los clubes se llaman “campos”. Finalmente, en el año 1953, en mérito a sus tradiciones, un decreto lo declaró deporte nacional. La destreza de los jinetes de antaño se ve prolongada hoy en las nuevas generaciones de auténticos centauros. Las reglas modernas del juego fueron modificadas, con lo que se le comunicó las características de deporte veloz, ordenado y atlético que hoy le son propias. El pato tiene actualmente sentado sus reales en la provincia de Buenos Aires, si bien se lo practica por años en Entre Ríos y Corrientes. En Jujuy, un grupo de cultores, lo practica con mucho entusiasmo en la actualidad. 
 En Francia fue introducido probablemente en la década pasada (1970), encontrando enseguida amplio eco por sus características definidas. Es más que probable que Hervé Marchal, llevado por su exaltación, obvió dialogar con los protagonistas o dirigentes franceses, produciendo de esa manera tan tremendo desliz, tan injusto olvido para esa pléyade de rudos campesinos de la Argentina colonial. Vayan estas líneas como justa recompensa a esa evocación de siglos pasados tan injustamente olvidada en el viejo mundo por un hombre, lamentablemente desinformado. (Roberto G. Vitry, EL TRIBUNO del domingo, Salta, 15/04/1984) 

 El “buskashi”, pariente cercano 
 El “buzkashi”, brutal práctica ecuestre de Afganistán, que se desarrolla en las altas estepas de ese país asiático, lindero con Usbekistán, uno de los sitios donde fue domesticado el caballo, es similar en muchos aspectos al “pato argentino” en los orígenes de éste en nuestro país, por la violencia a la que recurren los jinetes para desarrollar su juego. El buzkashi agfano tiene origen remoto y dataría, según algunos historiadores, de la época de las invasiones del terrible Gengis Khan (1154-1227). 
 Las reglas son simples: los jinetes disputan quien logra recorrer un circuito completo cargando un carnero decapitado y para conseguirlo todo es válido, desde descargar latigazos sobre los demás, hasta hacer que los muerda el caballo. “Cada uno para sí, Allah para todos”, es la consigna. Literalmente, “buzkashi”, significa “arranca carnero”, y sin dudas es así. La competencia se inicia cuando cincuenta jinetes empujan sobre sus cabalgaduras tratando de desplazar a los adversarios y de acercarse el carnero decapitado. Finalmente uno se encarga de levantar la presa y sale al galope, pero algunos consiguen igualmente asir al carnero y allí comienza el tironeo, a toda velocidad, bajo una lluvia de latigazos, frenando, torciendo. Finalmente triunfa el que logra llegar al mástil (en el centro del campo). En una mano las riendas, la otra asegurando el carnero y el látigo entre los dientes. Después de esta práctica brutal, muchas veces quedan no sólo heridos, sino algunas veces muertos. La contienda dura de tres a cinco horas. El miedo y el dolor no existen para los hombres de este mundo afgano, donde la virilidad es la gloria principal. (Foto: madoguna.blogspot.com) 
 Escenas dramáticas de lo que es el “buzkashi” hemos tenido oportunidad de apreciar en la película “Los Centauros”, protagonizada por Omar Sharif. (Roberto G. Vitry, domingo 15 de abril de 1984)

sábado, 3 de noviembre de 2012

Una víctima del racismo en 1984


Zola Budd, la princesa descalza

La ex-sudafricana que corre descalza es la atleta más discutida: una fuente de polémicas, pero también de aprobaciones, joya reconocida del atletismo mundial. Tiene la ciudadanía inglesa y es tal vez el caso más controvertido del racismo en el deporte. Una niña escandalosa”.

 

  Lamine Diack, vicepresidente de la IAAF (Federación Internacional de Atletismo), senegalesa, ex saltadora en alto de buen valor, ha escandalizado a los bien pensantes, el domingo 22 de marzo, en Neuchatel, negándose a premiar a Zola Budd. La joven sudafricana, con pasaporte inglés, acababa de triunfar en el campeonato mundial de cross: un éxito, el suyo, espectacular y exaltado, especialmente destinado a todos aquellos que aman ver al hombre en su expresión más natural: la carrera. En tierra suiza, Zola Budd se había exhibido con los pies desnudos, entre el barro y los prados, entre subidas y bajadas, poniendo en evidencia una extraordinaria energía. Parecí casi imposible que se cuerpo minúsculo poseyera tanta fuerza, y que las piernas lograran distenderse armoniosamente, un paso tras otro, entre Infinitas dificultades de la naturaleza.
  A los 19 años los cumplidos por Zola, muchas jóvenes, por cierto no campeonas, se presentan y se comportan con desenfado y desenvoltura en la vida cotidiana. La Budd no. Zola, fuera de las pistas, sugiere imágenes de protección, como si fuera una cervatilla temerosa al menor ruido. Y esta imagen de Zola, que increíblemente contrasta con su actuación atlética, es por cierto uno de los elementos de su fortuna, junto al valor deportivo: existe, en verdad, la constante conmoción delos corazones tiernos de las madres del mundo, y de los cronistas, que a menudo tienen también su corazón de padre, en torno a las exhibiciones de Zola Budd.
  Ahora todos saben que Zola se hizo inglesa para poder correr a través del mundo, porque el mundo prohibió de la sociedad civilizada a Sudáfrica, que es su país. La ciudadanía británica le fue concedida en la primavera de 1984, poco después que Zola fuera señalada con el récord del mundo (no oficial) en los 5000 (15m01s83), el 5 de enero del mismo año en Stellenbosch. La operación, una operación comercial esponsorizada por el diario popular londinense “Sun”, fue combatida por los laboristas y sostenida por madame Thatcher. Sin embargo, se resolvió más que para la gloria del reino de Inglaterra, como motivo de satisfacción para el racismo sudafricano.
  Sudáfrica usa, en verdad, a Zola Budd para publicitar una imagen falsa de sí, y la inocente Zola ofrece, por cierto inconscientemente, el rostro más perfecto, las piernas más perfectas y el aire más inocente del mundo para ese difícil rol. ¿Pero quién podría imaginar, mirándola, que el país por ella representando es ése donde cotidianamente se llevan a cabo los crímenes más atroces contra la humanidad? Porque éste es el punto: Zola Budd jamás dijo una palabra, nunca hizo un gesto, en ningún momento proclamó su compromiso de atleta y de muchacha por la igualdad de los hombres. Y ni siquiera subrayó la separación de su país, radicándose de manera estable en Inglaterra, volviéndose auténticamente inglesa: Zola es sólo una sudafricana que empleó un “escamotage”, por cierto preparado por otros, para seguir haciendo lo que está prohibido a sus compatriotas, también negros.
  El deporte ya tuvo, y tiene aún, mucho racismo en sus filas: es reciente la acción intentada por un ex gran jugador de béisbol, y luego entrenador, Tommy Harper, contra los Red Sox, equipo de Boston. Tommy Harper fue despedido de los Red Sox con pretextos bastante débiles: en realidad, según parece, y el tribunal los está determinando, por puro racismo. Los Red Sox fue siempre un equipo compuesto por blancos; y las pocas veces que se encontraron con un negro en el grupo, hicieron de todo para echarlo. Célebre el caso de Pumpsie Green, en 1959, Green fue el segundo negro en la historia de la historia de los Red Sox, después que Jackie Robinson, en 1947, quebró por primera vez la uniformidad blanca de las líneas bostonianas. Y racismo se ejerció contra Mark Spitz, porque es judío. Y se ejerce contra los negros, en las piscinas de California y de muchos otros Estados de América del Norte. Se hace racismo en el fútbol americano, evitando en lo posible dar a los atletas de color el rol de organizadores del juego, afirmando que no son los más indicados: y se los emplea como atacantes o defensores, en posiciones donde no se puede prescindir de su superioridad atlética.
  El racismo está, de todos modos, en acecho, y luego se asoma, pero lo que más preocupa es su capacidad de camuflarse, de tomar como pretexto el derecho de correr a una jovencita de aspecto turbado para barnizar ocultamente la imagen turbia de Sudáfrica. Por cierto, existe también quien de perfecta buena fe, y por puro amor al deporte, defiende los derechos de Zola Budd. Estos dicen: el deporte no debe mezclarse con la política, por lo tanto aceptamos a Zola y también a todos los sudafricanos. O bien: vamos a competir en Sudáfrica, justamente para probar que el deporte no admite barreras.
  Pero, ¿es justo este razonamiento? En verdad, el racismo no es una ideología, es un cáncer. No tiene justificaciones, fuera de la explotación de unos hombres sobre otros. Investigadores de la universidad de Berkeley, guiados por el doctor Allan C. Wilson, demostraron, a través del estudio del ADN (el ácido desossiribo nucléico), sustancia que contiene nuestro código genético, que el hombre deriva de una mujer africana, que vivó hace unos 140.000 años más o menos. La humanidad, generada en África, luego se extendió por todo el mundo. Por consiguiente, ¿qué sentido tiene el racismo? La fraternidad está probada por la ciencia y todos los que en cambio se organizan y se esfuerzan por negarla no son otra cosa que células enloquecidas, que se tiene el deber de aislar, así como se trata de aislar las células cancerígenas de las sanas.
  Una pena para Zola Budd, princesa descalza del atletismo mundial. Pero no existe alternativa: o se está con ese sector del mundo que pelea contra el racismo o se está de la otra parte. Y Lamine Diack no debe estrecharle la mano, hasta que esta elección no se haya cumplido y publicitado. (Fuente: Tony Highgate, ANSA, Londres, 1984)
 
Inicios
  Se dio a conocer en 1984, cuando con solo 17 años batió el récord mundial de los 5.000 metros en Stellenbosch, Sudáfrica, con una marca de 15:01,83. Lo hizo corriendo descalza, ya que siempre entrenaba y competía descalza. Sin embargo la Federación Internacional de Atletismo (IAAF), no reconoció el récord debido a que por esa época Sudáfrica estaba excluida de los organismos internacionales debido a su política de segregación racial conocida como apartheid.
 
Los Ángeles 1984
  Ese mismo año se celebraban los Juegos Olímpicos de Los Ángeles, en los que Zola Budd no podía participar debido al veto que pesaba sobre Sudáfrica por su política de segregación racial, que la excluía de los Juegos desde 1960. Pero ocurrió que un periódico británico, el Daily Mail, persuadió a Zola Budd de solicitar la ciudadanía británica, dado que su abuelo era británico, y poder así competir con este país en los Juegos de Los Ángeles.
  Con el apoyo del Daily Mail y buena parte de los medios derechistas, Budd obtuvo la ciudadanía británica en un tiempo récord, en medio de una gran controversia, ya que para ello se habían vulnerado los trámites legales y los plazos establecidos en este tipo de casos. Por esta época Budd se trasladó a vivir a Guildford, Inglaterra. También en Sudáfrica hubo grandes protestas, ya que los grupos anti-apartheid se quejaban de la actitud británica, que mostraba una vez más el indisimulado apoyo dado por el gobierno de Margaret Thatcher al gobierno racista de Sudáfrica durante su mandato. Finalmente Budd participó en los 3.000 metros de los Juegos de Los Ángeles, y lo hizo descalza, como corría siempre.
 
El incidente con Mary Decker
  La final se disputó el 11 de agosto. La primera parte de la carrera fue bastante lenta. A mitad de la prueba Zola Budd decidió tomar el mando y ponerse a tirar del grupo. Por su parte la estadounidense Mary Decker, campeona mundial el año anterior y otra de las favoritas, se puso detrás de Budd. En un momento dado se produjo un contacto entre ambas, y Decker tropezó (foto) y acabó en el suelo, lastimándose una pierna y teniendo que abandonar la prueba. Budd siguió adelante tirando de la carrera, aunque finalmente acabaría pagando el esfuerzo y solo fue 7ª clasificada. Su encontronazo con Mary Decker fue una de las grandes polémicas de los Juegos, ya que los medios norteamericanos y la propia Decker culparon a Zola Budd de tirarla a propósito, mientras que los medios británicos apoyaban a Budd.
  Observando las imágenes del incidente no parece que Budd hiciera nada antideportivo. Se trata de un lance de la carrera, y un caso de simple mala suerte para Decker. Por otro lado es difícil hacer recaer la responsabilidad de un contacto en una carrera sobre la atleta que corre delante, como era el caso de Budd. En una encuesta realizada en 2002 por el canal británico Channel 4, este incidente fue incluido en el puesto 93º de los 100 Grandes Momentos del Deporte. Sin embargo el asunto se mezcló con temas políticos y patrióticos, y finalmente Zola Budd acabó siendo la gran perjudicada.
 
Después de los Juegos
  En 1985, se proclamó campeona del mundo de cross-country en Lisboa. Repetiría este éxito al año siguiente en Neuchâtel. En ambas pruebas corrió también descalza.
  El 26 de agosto de ese año consiguió en Londres un nuevo récord mundial de los 5.000 metros con 14:48,07 que esta vez si fue reconocido por la IAAF.
  El 8 de febrero de 1986 batió en Cosford, Inglaterra, el récord mundial de los 3.000 metros en pista cubierta con 8:39,79
  Sin embargo falló en los Campeonatos de Europa de Stuttgart de ese mismo verano, donde fue 4ª en los 3.000 m.
  En 1988 retornó a Sudáfrica y se retiró temporalmente del atletismo.
  En 1989 contrajo matrimonio con Mike Pieterse y pasó a llamarse Zola Pieterse.
 
Última etapa
  El fin del apartheid en Sudáfrica a principios de los 90, y la posibilidad de que este país pudiera competir en los Juegos Olímpicos de Barcelona 1992, hicieron que Zola Budd regresara a la competición. En 1991 consiguió en Durban una marca de 8:35,72 en los 3.000 metros, la segunda mejor marca mundial del año, tras su compatriota Elana Meyer, que hizo 8:32,00 en esa misma carrera.
Finalmente participó en los 3.000 metros de los Juegos Olímpicos de Barcelona, representando a Sudáfrica. Pese a la gran expectativa creada por su presencia, en el aspecto deportivo decepcionó y no pudo clasificarse para la final de su prueba. Este fue el final definitivo de su carrera deportiva.
  En la actualidad sigue poseyendo los récords mundiales junior de la milla (4:17,57 hecho en Zúrich en 1985) y de los 3.000 metros (8:28,83 hecho en Roma en 1985). También ostenta los récords de Sudáfrica de 1.500 m y de la milla, así como el récord británico de la milla. En abril de 2006 solicitó el divorcio de su marido Mike Pieterse, y actualmente reside en Bloemfontein, con su madre y sus tres hijos: Mikey, Azelle y Lisa. Ella sigue corriendo cada día entre 16 y 24 kilómetros, aunque no a nivel competitivo.
  Zola Budd fue una de las corredoras de media distancia con más talento en los años 1980, y su fulgurante irrupción internacional con solo 17 años hizo albergar grandes expectativas sobre ella. Sin embargo las controversias políticas y de otro orden que rodearon su figura, frustraron en parte su carrera. Nació el 26 de mayo de 1966 en Bloemfontein, Estado Libre de Orange, Sudáfrica.
(Fuente: www.juegos-olimpicos.com)

Natación larga distancia


Se frustró por cuarta vez el cruce a nado entre La Habana, Cuba y la costa de Florida en los Estados Unidos.  La estadounidense nadó durante 62 horas
Nyad, de 62 años, había iniciado la travesía de 166 kms en el Estrecho de Florida, sin jaula protectora contra tiburones. Pero este martes a las 11:42, hora GMT fue sacada del agua, según la página web que la sigue.
 
"Diana se siente todo lo bien que se puede sentir alguien que pasó 62 horas en el agua realizando algo monumental y extremadamente peligroso", sostuvo Mark Sollinger, el director de operaciones del emprendimiento, según la cadena CNN.
  Y estimó que Nyad presentaba picaduras de medusas en la cara y que estaba siendo tratada por médicos por su estado de fatiga. El especialista calculó que para completar su apuesta le faltaban entre 20 y 40 horas de nado, al haber debido enfrentar una fuerte tormenta que la sacó de ruta. 
  "Diana perdió seis horas de progreso en la tormenta de anoche (entre el domingo y el lunes)", había anunciado el último mensaje colgado en su cuenta de la red social Twitter, donde su equipo da las primicias.
  Pero también había un mensaje evidenciando que a medida que caía la noche volvían las medusas a su entorno: "¡Las medusas! ¡Las medusas! ¡Las medusas! ¿Qué es todo el alboroto sobre las medusas?", escribía tras haber cumplido más de 48 horas desde que se lanzó al mar en La Habana.
La nadadora de resistencia cumplirá 63 años el miércoles y esperaba estar en Cayo Hueso, extremo sur de Florida, para festejarlo con el equipo de 50 personas que la acompañan.
 
 
 
Según el blog Nyad Extreme 2012, durante la madrugada la deportista enfrentó una tormenta, muy típica para esta temporada en el Atlántico, y tuvo que esperar un poco para seguir avanzando, ya que las corrientes le jugaban en su contra.
  La tarde del domingo Mark Sollinger ya había advertido que Nyad sufría las dolorosas picaduras de las medusas en sus labios, frente, manos y cuello.
  Más temprano, otro texto ya había señalado las "partículas de medusas en todas partes", cuyas picaduras ya la habían hecho desistir de un intento anterior el año pasado.
  Nyad, que buscaba un récord personal, también atribuye un significado político a su desafío, pues ha declarado que busca que "los dos países estén juntos finalmente".
 
Intentó cruzar por primera vez el Estrecho de Florida en 1978, pero desistió debido al mal tiempo luego de 42 horas en el mar; en agosto del año pasado abandonó por diversos problemas tras recorrer la mitad del trayecto en unas 29 horas y un mes después, en septiembre de 2011, un ataque de asma y fuertes picaduras de medusas habían frustrado su intento tras 40 horas en el agua. (Fuente: Infobae América, martes 21 agosto 2012)
Medusa (mitología)
  En la mitología griega, Medusa (en griego antiguo Μέδουσα Médousa, ‘guardiana’, ‘protectora’)1 era un monstruo ctónico femenino, que convertía en piedra a aquellos que la miraban. Fue decapitada por Perseo, quien después usó su cabeza como arma2 hasta que se la dio a la diosa Atenea para que la pusiera en su escudo, la égida. Desde la antigüedad clásica, la imagen de la cabeza de Medusa aparece representada en el artilugio que aleja el mal conocido comoGorgoneion.3
En la mitología clásica
Las tres hermanas gorgonas -Medusa, Esteno y Euríale- eran hijas de Forcis y Ceto, o a veces de Tifón y Equidna, en ambos casos monstruos ctónicos del mundo arcaico. Esta genealogía la comparten sus otras hermanas, las Greas, como en el Prometeo liberado de Esquilo, quien ubica ambas trinidades muy lejos, en la «espantosa llanura de Cistene»:
No lejos, las alígeras hermanas
Con serpientes por cabellos; las gorgonas
Aunque los pintores de vasijas y talladores de relieves griegos antiguos imaginaban a Medusa y sus hermanas como seres nacidos con forma monstruosa, los escultores y pintores del siglo V empezaron a imaginarla como hermosa a la par que terrorífica. En una oda escrita en el 
490 a. C. por Píndaro ya se habla de la «Medusa de bellas mejillas».4 En una versión posterior del mito, narrada por el poeta romano Ovidio,5 Medusa era originalmente una hermosa doncella, «la celosa aspiración de muchos pretendientes» y sacerdotisa del templo de Atenea, pero cuando fue violada por el «Señor del Mar» Poseidón en él, la enfurecida diosa transformó su hermoso cabello en serpientes.

Escultura: Perseo con la cabeza de Medusa, por Benvenuto Cellini, instalada en 1554.
  En la mayoría de las versiones de la historia, Medusa estaba embarazada de Poseidón cuando fue decapitada mientras dormía por el héroe Perseo, que había sido enviado a buscar su cabeza por el rey Polidectes de Sérifos. Con la ayuda de Atenea y Hermes, que le dio las sandalias aladas, el casco de invisibilidad de Hades, una espada y un escudo espejado, y después de ir donde estaban las Grayas para que le dijeran donde se encontraba la cueva de las gorgonas, Perseo cumplió su misión. El héroe mató a Medusa acercándose a ella sin mirarla directamente sino observándola a través del escudo para evitar quedar petrificado. Su mano iba siendo guiada por Atenea y así cortó su cabeza. Del cuello brotó su descendencia: el caballo alado Pegaso y el gigante Crisaor.6
Jane Ellen Harrison argumenta que «su potencia sólo comienza cuando su cabeza es cortada, y aquella potencia reside en la cabeza; ella es en una palabra una máscara con un cuerpo más tarde añadido... la base del Gorgoneion es un objeto de culto, una máscara ritual incomprendida».7 En la OdiseaHomero no menciona específicamente a la gorgona Medusa:
<<El pálido terror se apoderó de mí, temiendo que la ilustre Perséfone me enviase del Hades la cabeza del horrendo monstruo grisáceo>>8
Lo que Harrison traduce como «la gorgona fue creada del terror, no el terror de la gorgona.»7
Según Ovidio, Perseo pasó por el noroeste de África junto al Titán Atlas, que estaba allí sujetando el cielo, y lo transformó en piedra. De forma parecida, se decía que los corales del Mar Rojo se habían formado de la sangre de Medusa que salpicó las algas cuando Perseo dejó la cabeza petrificadora junto a la playa durante su breve estancia en Etiopía, donde salvó y se casó con la hermosa princesa Andrómeda. Incluso se decía que las víboras venenosas del Sáhara habían brotado de las gotas caídas de su sangre.5 9
Perseo voló entonces a la isla de su madre, donde ésta estaba a punto de ser casada por la fuerza con el rey. Gritó «Madre, protege tus ojos», y todos menos ella fueron convertidos en piedra por la vista de la cabeza de la Medusa.
Entonces le dio la cabeza a Atenea, quien la colocó en su escudo, la égida. Según algunas fuentes, la diosa le dio la sangre mágica de Medusa al médico Asclepio, pues la que manaba del lado izquierdo del cuello era un veneno mortal, y la del lado derecho tenía el poder de resucitar a los muertos.10
Aunque algunas referencias clásicas aluden a las tres gorgonas, Harrison considera que la multiplicación de Medusa en un trío de hermanas era un rasgo secundario del mito:
La forma triple no es primitiva, sino simplemente un ejemplo de una tendencia general... que hace de cada diosa una trinidad, lo que nos ha dado a las Horas, las Cárites, las Erinias y una multitud de tríos más. Es inmediatamente obvio que las gorgonas no eran realmente tres sino una más dos. Las dos hermanas supervivientes son meros apéndices debidos a la costumbre: la auténtica gorgona es Medusa.7
Según cuenta Pausanias, el mito de Medusa es una versión novelada de la historia de una reina quien, tras la muerte de su padre, habría recogido ella misma el cetro, gobernando a sus súbditos cerca del lago Tritonide, en Libia. Habría muerto de noche durante una campaña contra Perseo, un príncipe del Peloponeso.11
Interpretaciones modernas
         Medusa de Bernini
 Psicoanálisis
En 1940 se publicó póstumamente el artículo de Sigmund Freud Das Medusenhaupt (‘la cabeza de Medusa’), en el que sentó las bases para un cuerpo de críticas sobre el monstruo. Medusa se representa como «el talismán supremo que proporciona la imagen de la castración —asociada en la mente del niño con el descubrimiento de la sexualidad materna— y su negación.»12 13 Los psicoanalistas continúan con la crítica arquetípica en la actualidad. Beth Seeley analizó el castigo de Medusa por el «crimen» de haber sido violada en el templo de Atenea como un resultado de los conflictos no resueltos de la diosa con su padre, Zeus.14
 Feminismo
En el siglo XX, las feministas revisaron las apariciones de Medusa en la literatura y la cultura modernas, incluyendo su uso como logotipo de la marca de ropaVersace.15 16 17 Mary Valentis y Anne Devane señalan que cuando preguntaban a las mujeres cómo les parecía que era la ira femenina, siempre era Medusa, el monstruo mitológico con serpientes en la cabeza, lo que les venía a la mente, aunque ninguna de las mujeres que entrevistaron podía recordar los detalles del mito.
 En el arte
 
Cabeza de Medusa, por Peter Paul Rubens (1618).
Desde tiempos antiguos, Medusa fue inmortalizada en numerosas obras de arte, incluyendo:
El escudo de Alejandro Magno, como aparece en el mosaico de Issos hallado en la casa del Fauno de Pompeya (c. 200 a. C.);
La Medusa de Rondanini, una copia romana del Gorgoneion sobre la égida de Atenea.
 
Notas
1.      Probablemente de μέδω medō, ‘proteger’, ‘mandar’. Chantraine, Pierre (1999). «μέδω». Dictionnaire étymologique de la langue grecque. París: Klincksieck. pp. 675b. ISBN 2-252-03277-4.
2.      Bullfinch, Thomas. Bulfinch Mythology - Age of Fable - Stories of Gods & Heroes. Consultado el 16 de octubre de 2008. «...y volviendo su cara hacia fuera, sostuvo la cabeza de la gorgona. Atlas, con toda su mole, se convirtió en piedra.»
3.      Un ejemplo clásico de magia apotropaica.
4.      PíndaroPíticas 12. Señalada por Marjorie J. Milne al discutir una vasija de figuras rojas del estilo dePolignotoc. 450–30 a. C., en el Museo Metropolitano de Arte de Nueva York. Milne observó que «es una de las primeras ilustraciones de la historia que muestra a la gorgona no como un monstruo horrendo sino como una mujer hermosa. En este caso el arte quedó por detrás de la poesía.» (Milne, Marjorie J. (enero 1946). «Perseus and Medusa on an Attic Vase». The Metropolitan Museum of Art Bulletin 4 (5):  pp. 126.)
5.      a b OvidioLas metamorfosis iv.770.
6.      Apolodoro, Biblioteca mitológica ii,4,2.
7.      a b c Harrison, Jane Ellen (1903). «The Ker as Gorgon». Prolegomena to the study of the Greek religion. Cambridge: Harvard University Press. pp. 187. OCLC 154136463.
8.      HomeroOdisea xi.634.
9.      Apolonio de RodasArgonáuticas iv.1515; LucanoFarsalia ix.820.
10.    ApolodoroBiblioteca mitológica iii, 10, 3.
11.    Pausanias ii.21.5 y sig.
12.    «Medusa in Myth and Literary History» (en inglés)Modern American Poetry. Consultado el 16 de octubre de 2008.
13.    Freud, Sigmund (1940). «Das Medusenhaupt». Int. Z. Psychoanal. Imago (25):  pp. 150. El manuscrito tiene fecha del 14 de mayo de 1922 y parece ser un esbozo para una obra más extensa (versión castellana Freud, Sigmund. La cabeza de medusa (1940 [1922]). En Escritos breves (1920-1922). Obras completas. XVIII. Buenos Aires / Madrid: Amorrortu editores. pp. 270-271. ISBN9789505185948.)
14.    Seelig, Beth J. (2002). Int. J. Psycho-Anal. (83):  pp. 895–911.
15.    Pratt, A. (1994). Archetypal empowerment in poetry: Medusa, Aphrodite, Artemis, and bears: a gender comparison. Bloomington: Indiana University Press. ISBN 0253208653.
16.    Stephenson, A. G. (1997). Endless the Medusa: a feminist reading of Medusan imagery and the myth of the hero in Eudora Welty's novels.OCLC 39703715.
17.    Garber, Marjorie (24 de febrero de 2003). The Medusa Reader. pp. 7. ISBN 0-415-90099-9.
(Fuente: Wikipedia)