Este tercer capítulo se refiere a los
deportes que el hombre ha inventado con el auxilio de algún elemento exterior y
artificioso. El hombre aquí ya no actúa solo, sino con el aditamento de algún
resorte externo y ficticio inventado por él; pueden ser considerados, pues,
como deportes elaborativos, creados por la fantasía del hombre, producto de su
especulación, y en ellos el hombre, producto de su especulación, y en ellos el
hombre ya no actúa en solitario. En general, son deportes competitivos; y al
aliciente del deporte o del ejercicio en sí se añade el del espíritu combativo
y pugnaz con que se practican.
Ellos son, además -o así se deduce de la
corriente de popularidad masiva que despiertan- aquellos que caracterizan la
corriente social de nuestra época; y algunos de ellos, como el fútbol en
multitud de países o el béisbol en Estados Unidos, los que concitan a su
alrededor el interés de apasionadas multitudes. En general, ellos son los
“deportes-espectáculos”, que han venido a trasladar a nuestros tiempos la
histórica dimensión popular de los circos de la antigüedad.
Deportes estos que se ejercitan y practican
con un medio: la pelota, la pala, las armas, el caballo, los patines. A cada
uno de ellos corresponde una extensa gama de especialidades. Con la pelota se
practican el fútbol, el rugby, el baloncesto, el balonmano, el balonvolea. Con
la pala -a los palos- el tenis, el tenis de mesa, la pelota vasca, el golf, el
hockey en todas sus modalidades, el béisbol, el cricket. Con las armas, el
tiro, el tiro con arco y la esgrima. Pese a la condición biológica del elemento
podemos considerar aquí -o así lo hemos hecho dada su naturaleza especial- como
un deporte con “medio”, el deporte del caballo, es decir, la hípica y el polo.
La pasión popular que despiertan muchos de
estos deportes no ha logrado desvirtuar su condición primigenia de tales, pese
a los acechos del profesionalismo en muchos de ellos. Como contrapartida hemos
de reconocer que la visión de conjunto de éstos escapa, a menudo, al más
brillante anecdotario y un cúmulo de recuerdos y hechos que ya son historia y
que constituirían por sí mismo un nuevo y extenso libro.
Deportes mecánicos: entre los
deportes considerados mecánicos figuran el ciclismo, el automovilismo, el motociclismo, lanchas a motor y
otras manifestaciones que se fueron incorporando a medida que lograban el
reconocimiento mundial. (Los Deportes, Librería Editorial Argos S. A., Barcelona, España, 1967.)
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